Las tablas de granito son sometidas a una lanza térmica con 45 grados de inclinación y 2.800 grados de temperatura que hacen estallar el cuarzo del granito. Así se crea una superficie rústica con relieve rugoso. El color del granito se mantiene inalterado y con un aspecto muy natural.
Este tratamiento es ideal para revestimientos y suelos exteriores ya que su textura áspera es antideslizante y aporta características aun más duraderas frente a los agentes climáticos. Es una gran elección para exteriores de alto tránsito como plazas, paseos o parques por su altísima resistencia a la intemperie, permeabilidad y mantenimiento.